Gracias a su capacidad nutritiva y medicinal, en algunos lugares se le conoce como el árbol de la vida. Sus hojas son ricas en calcio, hierro y algunos aminoácidos. Sus vainas, semillas, flores e incluso su corteza son comestibles o se han utilizado tradicionalmente para hacer té o como remedio para diversas enfermedades. Además, por sus propiedades antibióticas, antioxidantes, antiinflamatorias e hipoglucémicas se utiliza en tratamientos naturales para la diabetes.
Su gran capacidad nutritiva e hidratante, quizás sus propiedades más conocidas, se derivan de su riqueza en Omega 3 y vitaminas E, C, A y algunas del grupo B. Ellas son los responsables de dar un brillo natural y mantener el aspecto saludable de la piel y el cabello.
Beneficios para el cabello:
- Hidratación profunda, nutrición, suavidad y brillo.
- Reparación y sellado de puntas abiertas.
- Reparación de los daños producidos por el excesivo uso de tintes, secadores o planchas.
- Combate la caspa. Por sus cualidades antiinflamatorias y humectantes, se ha descubierto en el aceite de moringa un buen aliado para mantener una correcta hidratación del cuero cabelludo ayudando, con ello, a prevenir la aparición de caspa.
Es un gran antioxidante gracias a su contenido de vitaminas lo que lo convierte en un excelente anti edad, tiene una gran capacidad antiinflamatoria y antimicrobiana, gracias a esto combate el acné y evita las infecciones en la piel provocadas por lastimados o picaduras de insectos.
Basta con aplicar unas gotas sobre la piel y dar suaves masajes en la noche. En el caso del cabello se aplica directamente sobre el cuero cabelludo y se lo esparce por la cabeza
Deja una respuesta